¡Qué te voy a contar de la remolacha, mi verdura de raíz preferida, lo tiene todo para mí!
Es ni más ni menos que la mejor aliada para épocas de más cansancio o personas con tendencia a la anemia por su alto contenido en Hierro, Folatos y Vitamina C favoreciendo la fabricación de hemoglobina. Pero es que además ayuda a impulsar la estamina, la res-ponsable de que nuestro cuerpo pueda soportar actividades físicas de cualquier índole ¡Atentos runners y fitness addicts, es un complemento ideal para tus “shakes”!
¡Y eso no es todo..! Contiene Betaína, una enzima que ayuda a digerir las proteínas, también calcio y hierro y mejora la absorción de las Vitaminas B y C. Además es muy beneficiosa para tu intestino pues ayuda a prevenir la absorción de parásitos alimentarios por vía alimentaria. Sí, lo has escuchado bien, si no cuidas lo que comes puedes encontrarte amiguitos que te amargarán las digestiones generando estados de irritabilidad y nerviosismo.
La receta es ultra sencilla y puede ser un entrante o aperitivo para tus comidas en cualquier estación del año. En forma de carpaccio, de batido, de zumo, de hamburguesitas, de cremas, hummus… cómo quieras pero en tu cocina y en la carpeta de salud debes tener Remolacha.
Receta
Duración: 10 minutos
Utensilios: mandolina y básicos
Ingredientes para 2 personas
- 2 remolachas pequeñas crudas
- ½ limón exprimido
- Sal y pimienta al gusto
- 2 C de AOVE
- 1 c de miel orgánica
Instrucciones
- Ponte guantes y pela las remolachas.
- Corta con la ayuda de una mandolina para que te queden láminas finas y sea más agradable a la hora de degustarla.
- Coge un bol pequeño para preparar tu salsa. Añade zumo de limón exprimido, el aceite de oliva, 1 cucharadita de miel una pizca de sal y pimienta y remueve. Asegúrate que quede una salsa homogénea (que no se separan las fases, aceite, miel, etc..).
- Enplatar primero la remolacha y salsea por encima. Deja reposarla mientras preparas otros platos para que coja más sabor.
Mastica
¡Y a degustar!